¿Dejarás gatear a tu bebé tras leer esto? Seguro que sí !!
Tras una reunión con amigos con niños en esta fase, me ha parecido muy interesante haceros un post sobre lo importante que es que los niños gateen y la relación que tendrá con su desarrollo en el futuro, a la hora de leer, escribir, tomar apuntes y escuchar al profesor a la vez….Aunque parezca largo, he tenido que resumir mucho porque hay tantísima investigación respecto a este tema que no acabaría nunca.
Antes de que los incrédulos salten quiero decir que de los niños estrábicos un alto porcentaje no gateó ( por lo que he leído un 98%), pero que el hecho de no gatear no significa que se vaya a ser estrábico.
Existen estadísticas sobre estos temas al igual que de la relación de no gatear con problemas de lectoescritura. Hay casos de adultos que no gatearon y que reconocen el haber tenido que hacer un mayor esfuerzo que muchos de sus compañeros en comprensión y velocidad lectora, en la capacidad de atención y en muchos otros aspectos como la dificultad con las matemáticas y el control espacio-temporal.
En muchas ocasiones, por suerte, son dificultades que se suplen con esfuerzo, dedicación e inteligencia.
Por desgracia, en cada aula española hay al menos dos niños con problemas de aprendizaje. En España 385.000 niños con este tipo de problemas según el INE.
¿No merece la pena dedicar menos de 4 meses de la vida de tu hijo a que gatee, te lo creas o no?
La importancia del gateo va mucho más allá de una simple mejora en la movilidad del bebé. Su conexión con el desarrollo físico e intelectual del pequeño lo convierten en un factor clave que implicará y marcará el desarrollo de sus aprendizajes escolares y extraescolares, entre otras muchas cosas.
Glenn Doman y sus colaboradores llevaron a cabo una investigación con los bebés de una tribu del Amazonas, que al no poder gatear por el suelo (serpientes venenosas, insectos y cientos de depredadores lo hacen muy peligroso) desarrollan un sentido de la visión a larga distancia (focalizan más o menos a unos 15 metros), pero no son capaces de hacerlo a distancias cortas (30-40 cm) por lo que su capacidad de aprendizaje puede verse resentida.
Por eso es tan importante el gateo, porque permite la convergencia ocular de corta distancia, aspecto fundamental en el correcto aprendizaje de nuestros hijos, distancia a la que, un poco más tarde, el niño leerá y escribirá.
A NIVEL CORPORAL
El gateo desarrolla la estructura de hombros, codos, muñecas, rodillas y tobillos al estirarse-sentarse-gatear-sentarse-gatear-estirarse e intentar ponerse de pie.
Al pasar por diferentes terrenos y tocar diferentes texturas, el gateo desarrolla la sensibilidad táctil de los dedos y la palma de la mano que le facilitará en un futuro el agarre de objetos pequeños como el lápiz al escribir o pintar, o el tocar instrumentos de cuerda o viento.
En esta etapa también tiene lugar la maduración de la motricidad fina (manos-dedos) pudiendo coger objetos con el dedo pulgar e índice de manera simultánea (tipo pinza). Este movimiento es la base para que el niño, a la larga, coja correctamente el lápiz en el inicio de la escritura en su etapa preescolar.
El gateo armónico y continuado proporciona al bebé una capacidad respiratoria superior que cuando está inmóvil, lo que aumenta la oxigenación de su cerebro, y también facilita su capacidad respiratoria para cuando empiece a balbucear o hablar.
El gateo obliga al movimiento simultáneo del brazo y la pierna contrarios, situación que favorece, a nivel neurológico, la interrelación hemisférica mediante el desarrollo del cuerpo calloso (lo que podríamos considerar como la fibra óptica y la banda ancha de nuestro cerebro) que conecta ambos hemisferios. Recuerda que cada hemisferio cerebral controla los movimientos de las extremidades del lado opuesto.
Por tanto, a más gateo, la velocidad de interconexión entre hemisferios (intercambio de información) será más rápida y eficaz. Un ejemplo práctico: le será mucho más fácil coger apuntes a la vez que escucha al profesor.
A NIVEL VISUAL
Al querer llegar al lugar donde hay un objeto de su interés, y luego cogerlo, le obliga a la coordinación óculo-manual (ojo-mano).
El gateo es una clave de operaciones cerebrales muy sofisticadas, igual que la lectura y la escritura, y ofrece una gran oportunidad para sentar las bases del proceso de lateralización (determinación de la dominancia manual, ocular, auditiva y podal) que finaliza alrededor de los 6 años.
Además, ejercita cuatro aspectos importantes en la visión:
Potencia la visión periférica, que es la que nos permite orientarnos en el espacio, informándonos de los movimientos en el entorno. Este tipo de visión es fundamental para los deportes de equipo al tener que controlar en qué posición se encuentran los compañeros más cercanos para pasarles la pelota (fútbol, balonmano, etc.). También le será muy útil en el futuro, por ejemplo para conducir, ya que tendrá que controlar no sólo su vehículo, sino también los que le rodean. Un sistema visual eficaz y rentable, será el resultado del perfecto equilibrio entre la visión periférica y la visión central.
Ejercita su visión binocular: el cerebro utiliza las imágenes que recibe de cada uno de los dos ojos y las fusiona en una sola imagen más completa.
Desarrolla con gran intensidad la visión estereoscópica, es decir la visión tridimensional que permite apreciar los volúmenes (como ocurre cuando te colocas las gafas especiales en las películas en 3D).
Se estimula la convergencia y la acomodación, al mirar al suelo para colocar la mano o la rodilla convenientemente, el niño enfoca los dos ojos en un mismo punto a corta distancia. Cuando mira adonde va, a unos tres metros por lo menos, coloca con los ojos la convergencia en un punto infinito. Éste es un estupendo ejercicio muscular para los ojos que facilita la acomodación visual. Y es tal su importancia que se han publicado estudios, como ya os he comentado, que demuestran que el 98% de los niños con estrabismo no gatearon lo suficiente de pequeños.
PRACTICAS DESACONSEJADAS: EL USO DEL ANDADOR
Todavía en muchas familias existe la costumbre de regalar, cuando nace un bebé, un taca-taca. Y muchos padres lo utilizan “ya que nos lo han regalado”. Todavía se cree que gracias a este artilugio los bebés aprenden antes, o quizás mejor, a andar.
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Beneficios del andador (para los padres):
Cuando los lactantes llegan a esa edad tan cansada para los adultos, en la que ya se quieren poner de pie y hay que vigilarlos constantemente para que no se caigan, el andador es una solución bastante sencilla: se le coloca dentro y él ya solo aprenderá a moverse impulsándose con los pies. Nos facilita la vida a los padres.
Riesgos del andador (para el bebe):
Cuando el bebé comienza a incorporarse y andar, al principio lo hace de puntillas. Esta postura se pierde cuando carga la planta de los pies con el peso de su propio cuerpo. El andador mantiene al niño en una postura semicolgada y no le da la posibilidad de apoyarse totalmente sobre sus pies. Si la postura de puntillas se mantiene más tiempo de lo normal acarreará problemas con su equilibrio.
En algunos países como en Canadá está prohibida la fabricación y comercialización del andador.
CÓMO PROMOVER EL GATEO
-Buscar un suelo limpio, liso, seguro, acogedor, cálido y mantenga al pequeño en él todas las horas que le sea posible pero, al menos, una hora al día.
-No le fuerces ponerse de pie. Si no está preparado le creará inseguridad. El niño es consciente de que se le lanza un desafío para el cual no está preparado y fracasa. Poner de pie al niño, sentarle en una sillita o montarle en un taca-taca sin que tenga la musculatura preparada para mantener el tronco erecto hace trabajar incorrectamente a un sistema que no está maduro y en muchos casos provoca deformidades en la columna como la escoliosis.
-Uno de los sitios que le hace ponerse de pie es el parquecito pero no desarrolla el gateo. No está mal tenerlo un ratito ahí pero luego hay que dejar que el niño gatee, que recorra la casa, que es lo mejor. Puede utilizar el cochecito para llevar al niño de un sitio a otro cuando todavía no ande pero evite abusar de estos y otros aparatos que retardan el desarrollo del movimiento.
-Lo mejor es permitir que maduren y se asienten las fases previas al andar, que son arrastrarse y gatear. Si estas fases han sido desarrolladas correctamente cuando el niño se ponga de pie no tendrá problemas. Si no gatean no es que no se logre la organización cerebral pero normalmente se retrasará el desarrollo.
-Gatear persiguiendo una pelota es mucho más efectivo que poner una alfombra colorida en el suelo porque cuando el niño es capaz de converger con los dos ojos el proceso superior es el seguimiento visual que estimula el desplazamiento del pequeño en persecución de un objeto que se mueve.
QUE GATEE A SUS ANCHAS
Es muy típico que los niños que se ponen de pie sin tener desarrollado todo el sistema se queden como confundidos, miren alrededor, se asusten por no lograr mantener la posición, bajen al suelo y pasen de nuevo una temporada gateando. Cuando el sistema de funciones cerebrales necesarias esté lo suficientemente maduro por sí mismo o convenientemente estimulado, el propio niño se pondrá de pie. Los primeros pasos suelen aparecer alrededor del año de vida.
Entre los 16 meses y los dos años se afirma la bipedestación. Pero no pasa nada porque el niño alterne gateo y bipedestación. Y no sólo no pasa nada sino que, además, ésta es la técnica –elque se utiliza en centros especializados para acelerar la organización cerebral en niños sin problemas o en niños o adultos que presenten alguna dificultad visual, de coordinación, cuando las caderas no están bien formadas porque el niño haya carecido de la oportunidad de arrastrarse y gatear, por malformación o no formación del cuerpo calloso cerebral, etc. A TODOS, niños y adultos, los ponen en el suelo para que gateen a sus anchas porque, insisto, el gateo es una actividad que puede parecer primaria y básica pero que es fundamental para nuestro desarrollo completo como seres racionales.
M.T. ALDRETE: «El 95% de niños que no gatean tienen problemas de lectoescritura. El 5% restante lo suple trabajando la manualidad. El gateo es un ejercicio preventivo para la lectura.
«Debemos dejar a nuestros pequeños gatear, sin temor a que se ensucien. Debemos dejarles correr siempre que esto sea posible y no reñirles por ello. Debemos dejar que se encaramen y suban a todas partes, siempre que no corran peligro. Debemos dejar que lo toquen e investiguen todo, controlando que no puedan hacerse daño. Cada vez que decimos a un niño : «No toques» «No corras» «No te subas ahí» «No te tires por el suelo» «Mira que te pones hecho un cochino» etc. … si se lo decimos sin un verdadero motivo de evitar lo que consideramos un peligro o una acción totalmente inapropiada a las circunstancias, estaremos limitando el desarrollo del pequeño y por lo tanto, su inteligencia. Estaremos cortando el desarrollo de su autodominio motriz, lo cual no sólo afectará a su destreza motora, sino también a su personalidad y autoestima. También estaremos cortando su curiosidad y ganas de saber, lo cual afectará a su actitud ante el aprendizaje futuro. Muchas veces, los padres enseñamos a nuestros hijos a «no ser inteligentes».
Os recomiendo hacer una visita al Dr Ferré en www.jorgeferre.com, muy interesante.
Espero que os haya gustado y que difundais la importancia del gateo en nuestros maravillosos bebés.
Fuentes:
Solohijos.com , M Ángeles García Morán Licenciada en Psicología Infantil y especialista en Estimulación temprana
jugandoenfamilia.blogspot.com , Montserrat Reyes D Enfermería y especialista en Psicomotricidad educativa, Lidia García-Fresneda periodista especializada en Desarrollo y Salud Infantil, colaboradora habitual de la revista Ser Padres. Especialista en el Método Pedagógico a través del Movimiento Corporal y los Sentidos, formada con Elizabeth Fodor en ANDARES-Madrid. Educadora en Masaje Infantil (por la Asociación Española de Masaje Infantil)
desalud.com Carlos Gardeta Oliveros, Dr. En Psicología. Profesor de la Univ. politécnica de Madrid y de la Univ Complutense de Madrid, actualmente Director de Institutos Fay para la Estimulación Multisensorial